Yo era tan pequeña
tan un cuerpo apenas
que decían las gentes:
“pesa más la piedra
sobre la vereda”.
Yo medía tan poco
que soñaba tanto
con ser escalera.
Pero tenía sueños
y mis manos tontas
soñaban jugando
que eran de ingeniera.
Yo era un cuerpo apenas
yo era tan pequeña
pero tenía el hambre
del conocimiento
que corría en mis venas.
Yo sentía en el pecho
un fuego tan grande
por saber del mundo
de sus cosas buenas.
Y mi padre dijo
con el alma pura
del padre que sabe
que la hija soñaba
estudiar carrera:
Soy un viejo encino
pero te prometo,
hija soñadora,
que si sueñas eso,
yo daré mi vida
yo daré huarache
por tus sueños bellos
y estudies y seas.
Y mi madre triste
y mi pobre madre
me abrazó llorando
como presintiendo
que perdía a una hija,
pero me bendijo
con cruz en la frente:
“Anda mi pequeña”.
Yo era un cuerpo apenas
uno tan pequeño
pero había nacido
con tan grande sueño:
Llegar a la ENA
Y me fui volando
y me fui dejando
todo eso que uno ama
con catorce años:
Yo me fui llorando
como las lloronas.
Pero sobre de mi alma
cargaba a mis padres,
puse a mis abuelos
junto a mis hermanos
como hierba santa.
Yo llegué a un mundo
que también decía:
“Ella es tan pequeña,
es un cuerpo apenas”.
Pero tenía anhelos
junto de un rosario
lo empuñé en las manos
y en una capilla
que pintó Rivera,
me juré llorando,
me juré ingeniera.
¡Qué cruel es la vida
que en cada verano
me entregaba entera
en sus bibliotecas
leyes y teoremas
mas me daba penas!
Entre una calzada
yo lloré las muertes
de muchas mis gentes,
de mi madre santa,
de mi madre buena.
Yo era tan pequeña
una niña apenas
de vida enlutada
que como llorona,
lloraba Llorona.
Pero tenía un sueño
con llenar el alma
del conocimiento
y juré a mi “mama”
con su cuerpo muerto:
“Yo seré ingeniera…
cueste lo que cueste…
yo seré ingeniera
en veranos siete”.
Yo era tan pequeña
tan un cuerpo apenas
que en siete veranos
que estudié en la escuela
logré mis empeños.
Y la gente decía
al ver la ingeniera:
“Tiene el cuerpo chico,
pero el alma grande”.
Y la niña antes
ahora Chapinguera
se tatuó en el alma:
“No explotes al hombre
explota a tu tierra”.
Yo era tan pequeña…
Tan un cuerpo apenas.