Uso la tinta
para reciclar
mis demonios
y sus consecuencias.
Se posan contundentes
en cada verso,
en el andar,
en los sueños
y alucinaciones.
Convergen
bajo el destino
acompañándome
—sin mesura—
bajo el silencio
vaciado en lo profundo
de las calles
que me acompañan
cada noche.
Recibo,
entonces,
suspiro y pensamientos
que intentan contestar
mis preguntas.
Sin embargo,
las dejan en el vacío.
Mis demonios,
sus consecuencias,
susurran hablan
gritan provocan.
Reciclo estos versos
para así escapar.