Desiertos I II
I Trepas ladridos de jaurías nocturnas hasta alcanzar un borde. Las púas perforan tus palmas, salen por tus nudillos como colibríes e iluminan otros desiertos custodiados por otras muertes.
II De mis estancias en el desierto es mi afición por los cactus, sus caricias y los soliloquios de arena que rememoran al tren del absurdo; las conversaciones con otros fantasmas para disipar el miedo provocado por galopar sobre la bestia hacia la incertidumbre.
Extracto: Las púas perforan tus palmas, salen por tus nudillos como colibríes e iluminan otros desiertos custodiados por otras muertes.
por: Alejandro Reyes Juárez
