. . . se consume el espacio.
El oxígeno turbio
permea mis pupilas.
La piel, cuyo significado
se mezcla en las otras
deja, pues,
de ser,
diluyéndose sistemáticamente
para no caer en el puro silencio.
A la vuelta,
en lo oscuro,
se desborda el vacío.
Son pocas las almas,
los pasos.
El tiempo
se dilata en el mismo sentido.
Universo alterno.
Cambia el mundo luego de tres sonrisas.
Ambiguo es, ahora, cada movimiento.
Supone un destierro consensuado
dejando de lado la palabra.
Horizonte que deja escapar
una historia contada
en otro tiempo,
con otro instante.
Se llena de alba
y las calles de oscuro tezontle mutan,
dan paso a un espacio
provocativo —hasta siniestro—,
cuyo esplendor
se recrea debajo de tu piel.