LiteraturaPoesía

Cuatro poemas

Uno/ Blanca vida

Este amor ¿es vida o muerte?
Orlando
Brevemente (…) el amor es la tendencia a poseer el bien para siempre.
Platón, Simposio

Me acerco a ti,

poco a poco,

como quien no quiere asustar

al ciervo herido,

como quien espera que la presa

no dé el salto y escape.

Me acerco, con temor,

con asombro,

a tu mundo,

tu vida,

tu cuerpo.

Ignoro cómo eres

y qué esperas de la vida,

sin embargo yo quiero ser

parte de ella,

lo que esperas,

anhelas,

buscas.

Por favor, te lo pido,

déjame llenarte de ternura

mientras la luna brilla sobre nosotros.

Sólo te pido me dejes decirte al oído

las más tiernas palabras de amor

que jamás has escuchado y después,

si quieres, vete,

déjame vacío,

solo

y abandonado,

con mi mundo destrozado

alrededor.

Dos/ Me sorprendo pensando en ti

Los hombres siempre han mal interpretado el amor: creen, cuando aman, que son desinteresados, deseando la ventaja del otro ser a menudo contra su misma ventaja; pero, en cambio, desean poseer  el otro ser…
F. Nietzsche, Fragmentos póstumos

De pronto

me sorprendo pensando en ti

y sonrío

¡qué barbaridad!

Cuantas emociones produces

tan sólo al recordarte,

cuanta obsesión detrás de tu nombre

que esconde la promesa de una mujer,

cuanta insensatez ronda la puerta negra

de tu ausencia.

Pensarte es una actividad mayor,

un regocijo

y una unción.

Es recibir un novedoso sacramento

donde la diosa pide absoluta veneración.

Desde ahora te lo digo: quiero ser tu sacerdote,

tu monaguillo.

El predicador más fiel de tu esencia de diosa,

de reina, de mujer.

Sencillamente déjame cantarle a tu belleza.

¿Qué más puedo pedir de ti?

Tres/ Quisiera saber

La belleza es verdad,

la verdad es belleza,

esto es lo único que vale la pena saber

John Keats

De pronto me entra la curiosidad

la inquietud

por saber más cosas de ti:

de qué lado de la cama duermes

cómo te vistes

cuál es tu perfume

favorito, en qué piensas

cuando estás ausente de mis ojos

y de mi vida

Quisiera ser un pequeño dios

que te cuida y te vigila

pero como no lo soy

sencillamente

me conformo con disfrutar

de esos instantes diáfanos

que me brinda

tu jovial belleza.

Cuatro/ No tengo tiempo

O mes petites amoureuses, Que je vous hais!
Arthur Rimbaud

Ya no tengo mucho tiempo que perder

en las cosas del corazón:

he visto todo y he sentido todo.

Me han deslumbrado

los hermosos cuerpos juveniles

que se entregaban como si fuera cualquier cosa.

Muchas mujeres abandonaron su corazón

para que yo lo guardara en el arcón

de mis recuerdos más queridos.

Otras sencillamente

ignoraron mi canto

y mis absurdas pasiones

para dejarme

al borde de la muerte.

Pero sobreviví.

Ahora estoy aquí

de nuevo frente a ti

haciéndome de tiempo

procurándote

al borde del abismo

definitivo y contundente

para que dejes tu huella

entre mis brazos

para que seas

ese sol

que

siempre

llega

para

iluminar

y calentar

alguna

vejez.

Arturo Trejo Villafuerte

(Ixmiquilpan, Hidalgo 1953-Ciudad de México 2020) Egresó de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus más recientes trabajos se han publicado en: De Neza York a Nueva York. From Neza York to New York, una antología de poesía de la Ciudad de México y la Ciudad de Nueva York (Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2015. 220 pp); Escobas de fuego (Historias de brujas) (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2016. 126 pp.); Ret(r)azos (Cuadernos de Pasto verde, Orizaba, 2017. 34 pp.); Amores chapingueros (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2016. 126 pp.); y Respirando por la herida (Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2016. 94 pp.).

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