UN PUERCO hambriento me persigue
Sus colmillos rasgan la noche
Y las gotas de sangre negra
se derraman en mis estados del feis.
No hay tuit que valga
Ni aforismo de coelho que levante
ni las mamadas que recorren
mi página web abandonada.
Un gruñido me despierta
El cerdo salvaje tiene los ojos
rojos, alguna vez tuvo alma
ahora no le alcanza para el odio.
EL CHANCHO no tiene prisa
Sus carcajadas acompañan
Mis deseos de mezcalina
Golpe seco en la quijada.
No necesito ayuda
No hay soga que lo ate
Ni alcohol que lo emborrache
Ni caricia que lo calme.
Acaso un poco de esos lodos
De polvos rancios, de fango
En que se bañaba a la distancia
De su piel tersa, ahora muerta.
EL CERDO tiene surcos
Cárcavas profundas en el rostro
Cataratas en el riñón
Piedras en el hígado
Viejo como la lepra en la madre de Juda
Como el pulque que bebe y lo enguisha
Como Argos con el último
aliento en su pupila.
Perdido como la Esperanza
Que se niega a morir y muere
Sin una llamada, sin un guasap
Sin un laik en su foto de instagram.
LLORA EL CUCHE y me despierta
Con su trompa larga a la deriva
su mirada triste y sus lágrimas
se tapa la cara con pudor.
Va en canal colgado de la pata
Izquierda y patalea y gruñe
Y se sacude la sangre
Que mana, que supura.
No muere de amor después de todo
No muere de tristeza, de pena
De eso que juramos en las noches
Abundantes de alcohol, no muere, no.