Para quienes nunca han tenido la oportunidad de asistir a una fiesta patronal de algún pueblo mexicano -específicamente en el estado de México y más detalladamente en el municipio de San Andrés Chiautla-, son una gran puerta para conocer su cultura.
En dichas fiestas, el objetivo principal es celebrar alguna imagen de la iglesia católica, y para ello, además de misas, rosarios y cantos, se celebra con danzas características de la zona como son Los Vaqueros, Sembradores, Chareos, entre otros. La fiesta patronal puede tener una duración desde un día hasta una semana, todo dependiendo de las posibilidades de quienes se encargan de organizar todo lo necesario para la celebración, los llamados mayordomos, así como la cooperación del resto del pueblo para poder mantener el festejo.
Coloquialmente a las danzas se les llama cuadrillas y cada una tiene su propia historia y puntos que la caracterizan, aunque finalmente todas son para rendirle honores al respectivo santo(a) patronal.
Este año, la nueva administración de San Andrés Chiautla trata de dar a conocer las tradiciones y costumbres que se tienen en esta región; principalmente para que se sigan conservando. Por ello, invita a comunidades municipales como Tepetitlán y Ocopulco a colaborar representando al municipio con sus cuadrillas respectivas.
Tepetitlán es uno de los pueblos con más tradiciones y costumbres, pues cuenta con alrededor de once fiestas patronales al año, cada una celebrada de manera diferente. La llamada danza de Carlomagno y los doce pares de Francia o también llamada la danza de Los moros y cristianos es una tradición solemne que representa la conquista espiritual y la lucha del bien contra el mal entre Carlomagno y el almirante Balan, la cual es bailada solo en la fiesta principal del pueblo, el 2 de febrero, día de la virgen de la Candelaria.
Carlomagno… consta de once personajes principales, quienes además de llevar a cabo la representación, son los que organizan el evento al igual que al resto de la gente para consumar la cuadrilla; estas once personas tienen una labor importante y pesada dentro y fuera del escenario. Se tienen que comenzar a preparar un año antes: económicamente para poder solventar las actividades que les son asignadas al ser los principales de la cuadrilla (comidas, cenas, desayunos, vestuario, escenografía, música, renta del equipo de audio); físicamente para lograr bailar por cuatro horas seguidas cada día durante tres días que se acostumbran con trajes bastante pesados (sobre todo de “los moros”) y también mentalmente para poder aprender los diálogos que, en ocasiones, tienen una extensión hasta de doce cuartillas.
La comunidad de Ocopulco cuenta con dos danzas que lo distinguen que son Los sembradores y Los chareos.
Los sembradores, como su nombre lo dice, se encarga de representar un escenario clásico durante la siembra de las tierras. Cuenta con seis personajes principales: el patrón, capataz, rallador, Maria Cristina, huehue y San Isidro, los cuales se encargan de darle un sentido chusco y entretenido. Esta danza es la más vieja que hay en el municipio, practicándose desde hace aproximadamente 120 años. Deriva de una danza española que no era permitida ser vista por los campesinos debido al clasismo que existía en aquella época; debido a ello, los campesinos recrearon esta danza añadiéndole un sentido burlesco para denotar su desagrado contra la autoridad. Su vestimenta puede llegar a variar dependiendo de si es una cuadrilla solo de hombres, mujeres o mixto, pero originalmente consiste en un pantalón y camisola de manta, huaraches, un sombrero de palma y un morralito de manta. Entre los personajes principales varía por gustos y dependiendo del personaje que represente. En general, los sembradores son los más comunes en salir durante las fiestas patronales, principalmente por el entretenimiento que causa su sentido jocoso.
Los chareos son una derivación de Los moros y cristianos pues, de igual forma, representan “la lucha entre el bien y el mal, y cómo el bien siempre triunfará ante el mal”. La cuadrilla está conformada por Santiago, en ocasiones algún acompañante, y una gran flotilla de chareos. Lo que diferencia a Los moros… de Los chareos es que los chareos son fundamentalmente joviales. Al principio se visten con colores muy vistosos, máscaras y siempre portan una bandera. Siendo Los moros… una cudrilla mucho más seria, intenta representar exactamente cómo pasó la batalla.
Los chareos, regularmente, solo se bailan en esta comunidad debido a que en ocasiones suele ser una danza “mal vista” entre los visitantes y gente de otros pueblos por la rudeza de sus integrantes, la cual es a su vez una manera de representar la maldad a la que alude el baile.
Chareos. Foto: René Rodríguez Ramos
Si quieres conocer más a fondo la historia y las características de cada una de estas danzas, espera por los podcast que estamos preparando para llenarte de las tradiciones de los pueblos mexicanos.