¿Qué se ama, cuando se ama, querido Gonzalo Rojas?
Qué tiene, entrega, unta, envuelve, la poesía, la vida misma, del poeta
chileno, Gonzalo Rojas, qué te llama, invita, jala, incita, provoca, coloca en órbita de viaje, renacimiento, gravitación, deseo, canto?, ¡ah!, ¿cómo quieres cantar, silabear, silbar, palabrear, despertar en pericia de relámpago, destino, que tiene, qué llama, sientes en ti, rio como sangre, como lluvia, una puerta, ventana, la vida que se abre, su sentido, su sonido, ese arremolinar, partir, partitura, imantación, un cielo en luz, qué, por qué,
asombra, titila, la poesía vida de Gonzalo Rojas, hoy ido? La respuesta la ofrenda el viento, el aire generoso de su vasto caudal poemático, así, sólo enciende, vamos, anímate, cualquier paraje, ritmo, cuánto ritmo, de su verso sensual, indomable, di, musita:
Muslo lo que toco, muslo/ y pétalo de mujer el día, muslo, de su mano. de su voz, atrévete, camina, sube otros peldaños, qué te invada su mundo, su respiración telúrica, ontológica: Mío mi Dios el viento que sopla sobre el mar del tormento/ y del gozo/ el que arranca a los moribundos su más bella palabra,/ el que ilumina la respiración de los vivientes,/ el que aviva el fuego fragmentario de los pasajeros / sonámbulos, Gonzalo Rojas, heredero, hecho, transfigurado de su Vallejo, Rulfo, Mistral, su Neruda, Breton, Rimbaud, tantos, Gonzalo Rojas, Latín y Jazz, Es el parto, lo abierto de lo sonoro, el resplandor/ del movimiento, loco el círculo de los sentidos, lo súbito, qué lo diga eterno el poeta, lo pronuncie, lo siga diciendo, al irse, sin irse, nos deja su palabra, inscribe, escribe, rubrica, dicta su propia despedida, no quiere engaños, nos deja su luz, su lámpara encendida:
Epitafio
Se dirá en el adiós que amé los pájaros salvajes, el aullido
cerrado ahí, tersa la tabla de no morir, las flores: aquí yace Gonzalo cuando el viento, y unas pobres mujeres lo lloraron.
¿Qué se ama cuando se ama?
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?
Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
Gonzalo Rojas. Nació en Lebu, Chile, 1917 Poemarios: La miseria del hombre, Contra la muerte, Oscuro, Trastierro, Del
relámpago, Materia de testamento, entre otros. Obtuvo el Premio Nacional de literatura de Chile en 1992, el Premio Octavio Paz en 1998 y el Premio Cervantes en
2009.
Por: Gildardo Montoya
