Autor: Daniel San Mateo

—Es mi amada, pero no la amo —respondió.

Esa respuesta me tomó por sorpresa. ¿Cómo podía ser?

—Al inicio creí que lo hacía —agregó el hombre—, pero el tiempo me reveló mi error. Nunca la amé. Amo verdaderamente a otra. A ella le reservo mi corazón.

—¿Y por qué si no la ama le debe dar un corazón? — las palabras me salieron quebradas, incrédulo totalmente.

Se habían casado por la iglesia porque ese había sido su deseo, también por la tradición y para que las