Al maestro Efrén Chávez Ochoa, en donde quiera que se encuentre.
Cuando yo cursaba el cuarto año de primaria tenía trece años. Sé que ahora este dato parece inusual y hasta obsoleto, pero tengo que decirlo porque había en mi grupo,...
En un bar.
—Un glendfiddish, por favor, la señorita aquí a mi lado invita.
—¿Perdón? —dirigiéndose a él—. No le des nada, si no le conozco —dirigiéndose al bartender.
—Uy, ésa no es manera de tratar al amor de tu...
Nos fuimos a vivir a una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Y todos los días, no hacía más que preguntarme por la vida que llevaría ahora mi inmensa madre, y mi padre muerto de sueño tras su trabajo de vigilante en la bodega de...
Mío mi Dios el viento que sopla
sobre el mar del tormento/ y del gozo/ el que
arranca a los moribundos su más bella palabra,/ el que ilumina la respiración de los vivientes,/ el que aviva el fuego fragmentario de los pasajeros / sonámbulos,...