Narrativa

Las ratas siempre terminan en el hoyo

¡Las ratas siempre terminan en el hoyo! le grito a ese espécimen que cada mañana roe las uñas de mis pies mientras yo me encuentro durmiendo. Tomo la resortera debajo de mi almohada y le apunto; siempre resuelvo no matarla, aunque con esta chingadera de hule, lo único que podría lograr es dañarla un poquito; ella es parte del consuelo a esta asquerosa soledad que se fomenta en mi cerebro por la inmundicia de esta pocilga, que yo llamo recámara ¿dónde más podría vivir ante la miseria que gano arreglando coches? Maldita sea, parece que todo está jodido para mi puta vida, y yo también soy un putero, siempre me lo digo cuando visito a la Chona por lo menos dos veces al mes, y cuándo no me alcanza, siempre termino haciéndomelo con la mano, aprieta-restira, aprieta- restira, aunque lo más eficaz es usar un pedazo de bistec, que sí, aunque la morra de la carnicería de la esquina diga que es de res, la jodida verdad es que ya me di cuenta que es de perro. No hay de otra ante esta maldita miseria, pero ya lo he planeado y hoy es el día.

Escuchar las historias del Pedro ese que el otro día nos invitó las caguamas en la tienda, me dice que si él pudo, nosotros podemos hacerlo, “reluciente”.

Ensuciarse de tierra los zapatos no era parte del plan, pero mientas Julián rasca, Toño ya fue por la válvula y la manguera.

El olor a gasolina, ¡ah cómo me marea! pero es parte del trabajo sucio. Lo chido es poder sacarse unos centavos vendiendo lo que este ducto nos dé. ¡Ah mis compadres! qué bueno que se unieron a la fiesta, porque yo solito ni a tentar la pala cerca. Me tiemblan las piernas, si los jodidos polis nos ven, “Delito Federal”. Mientras entierro más la pala para llegar al fondo de esta tierra, al centro de la tubería, un leve dolor en la cabeza que se convierte en telón negro, me tira al piso, sólo escucho un tenue grito de mi compadre Julián.

Dormir en un catre es lo mío, está tieso y me reafirma la espalda, pero lo frío si que no es pan para este vivo —pienso— mientras me doy cuenta que tengo las manos y pies amarrados, y a mi lado, mis compadres Toño y Julián también están amarrados; les grito para que se despabilen, pero no abren sus chingados ojos. Alguien nos echó a perder el plan de la ordeña, y puta madre, nos ha puesto en este túnel bien moderno, con luces incluidas y rieles para ferrocarril. Siento un impulso levantándome de las muñecas, no puedo sostenerme y caigo.

— ¡Hijo de tu chingada madre levántate, los tenías bien puestos para andar rascando sobre el túnel del patrón, pero no para andar en dos patas!

La patada que recibe mi cara me hace sangrar, escucho al tipo que me golpeó decirle a dos hombres trajeados de negro con caras cinceladas en dureza, cejas de gusano y labios gruesos, en sí con finta de matones:

— ¡Llévense a estos dos cabrones y enséñenles qué se siente ser ordeñados a balazos!

Lo siguiente que me inunda, es sentir un repetido estrellar de puñetazos hasta que la inconsciencia me hace suyo. Escucho, escucho. Entrecierro los ojos, los dos trajeados vienen del exterior donde se atisba el resplandor que alumbra un arco que parece ser la boca del túnel. Junto a mí, un tipo de aspecto cuidado, despide un aroma a loción suave, parece ser el jefe, ordena.

— ¡Llévense a este pinche pendejo hijo de su chingada madre!

El ruido de las sirenas disipa los restos de inconsciencia, observo las luces rojiazules parpadeando, ante mí veo a un tipo vestido completamente de negro, una placa en forma de estrella asoma entre su ropa, le escucho pronunciar:

— ¡Parece ser que estos estaban planeando el nuevo golpe para pasar la María Juana al otro lado, pero en San Diego se dieron cuenta y nos dieron el pitazo de que el cabecilla andaría por aquí!

—Súbanlo a la Patrulla. ¡Las ratas siempre terminan en el hoyo!

Lucero Ivonne Peña Jiménez

Ha cursado varios talleres de creación literaria y es becaria del Encuentro Regional de Literatura “Los signos en Rotación” del Festival Interfaz-ISSSTE Cultura, emisión Acapulco 2015. Es abogada por profesión, escritora por vocación.