En Esos lodos. A un paso del desastre, los dos motores para hacer literatura, los dos elementos esenciales —la evocación y la invocación— siempre están presentes. Los recuerdos que se vuelven historia y los deseos que se vuelven poesía se dan la mano en estos textos divididos en ocho espacios y, sin embargo, con una unidad emotiva y literaria. El poeta se pregunta, se responde, se cuestiona, la poesía y la filosofía, la poesía y la política, son siempre afines, por eso Octavio Paz señala que la poesía siempre está con la revolución y con la religión, es arenga política o proclama y es oración o plegaria. Nuestro poeta adquiere un tono discursivo que es como una charla consigo mismo, donde la queja y la alegría son lo mismo. Sin ninguna duda un volumen de madurez de un autor que parecía más cercano a la narrativa que a la poesía, aunque una cosa no excluye a la otra.