Nos fuimos a vivir a una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Y todos los días, no hacía más que preguntarme por la vida que llevaría ahora mi inmensa madre, y mi padre muerto de sueño tras su trabajo de vigilante en la bodega de...
Mío mi Dios el viento que sopla
sobre el mar del tormento/ y del gozo/ el que
arranca a los moribundos su más bella palabra,/ el que ilumina la respiración de los vivientes,/ el que aviva el fuego fragmentario de los pasajeros / sonámbulos,...